el punzante dolor ya no lo siente
a su lado, una buena hija esta sufriendo
por la anciana madre ya ausente
Frágil y desgarrado su noble corazón
no pudo ganarle la carrera al tiempo
éste, impasible, sin apurarse lo alcanzó
ya no hay dudas ni arrepentimiento
enrojecidos sus ojos, la hija padece en silencio
sentimientos encontrados de amor e impotencia
acuden y asolando su intranquila alma en vacío
rogando con fervor por un poco de clemencia
la hija acaricia sus manos con ternura
miles pensamientos pasan por su mente
luego la besa y la mira con dulzura
dandole paso al destino inclemente
No hay tiempo para perdones
o para decirle " te quiero", tampoco hay sermón
en el ocaso de su vida, no hay razones
solo madre e hija abrazadas en unión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario